“Veo que en internet está circulando con mucha fuerza la versión de que estoy muy enfermo y es verdad. Tengo un Parkinson que me está pisando los talones pero les aseguro que no me voy a bajar tan fácil de un escenario”, lanzó.
El artista también habló de algunos cambios en la formación de su banda pero su confesión todavía gritaba como eco en el firmamento, un cielo despejado que oficiaba de testigo y una noche fría que más tarde daría lugar a un recital inolvidable. Lo concreto es que el universo ricotero tuvo ayer una de las las jornadas más inolvidables de toda su historia.
Más de 160.000 almas “invadieron” la citada ciudad y se trasladaron en las condiciones que fueron necesarias. Es que el Hipódromo local rebalsó como nunca de la imponente convocatoria que ya es mucho más que un evento de rock.
El Indio ha escrito toda una página cultural, una forma de entender la música y la vida de una manera única. Un estilo que no encuentran paragón alguno y menos antecedentes a nivel internacional. El Indio volvió a presentarse con “Los fundamentalistas del aire acondicionado”, en una propuesta escénica musical que, en esta oportunidad, contó con un más que óptimo soporte técnico.
Las caravanas, todo la vigilia previa de traslado hacia diferentes puntos de la ciudad exponía la postal de un verdadero éxodo.
Esa masa humana que, desde diferentes puntos del país, puso su “GPS” en epicentro en Tandil. Y, en todas las modalidades, desde el traslado para el momento mismo del recital como para regresar una vez finalizado.
La hoteleria, por su parte, como ha sucedido en anteriores oportunidades se vio colapsada y muchas familias han dado una habitación (y un plato de comida) como albergue de auxilio. Otros, con sus mochilas han tratado de encontrar refugio en algún lugar de la vía pública.
La avenida Moseñor Actis, muy cercana al Hipódromo, se erigió en una verdadera zona de aguante, en donde boliches y cantinas se conviertieron en sedes momentáneas de los fans del ídolo. También encontraron en el acampe, su “techo” a las estrellas, en Tandil.
José Omar (70), de Temperley, acompañado por sus nietos, Esteban y Alberto, de 20 y 22 años, respectivamente dio presencia de una especial devoción hacia el artista.
“Al Indio siempre lo seguí a todas partes. Ahora, lo hago acompañado de mis nietos y vivo esta fiesta con todas las pilas. El Indio es lo más. Un músico que mi generación lo disfrutó y lo disfruta al máximo”.
En tanto, Gabriela (32) y su amiga Lucia (27), de General Belgrano, Buenos Aires, expusieron los grandes esfuerzos por estar presentes en este recital: “No queriamos perdernos al Indio, no tenemos dudas que habrá Indio para rato y siempre le vamos a hacer el aguante. Nos bancamos el viaje, el hotel y las entradas. Pero lo disfrutamos con onda y mu cha fuerza. Para nosotras esto es un verdadero acontecimiento”.
El recital de anoche fue la primera presentación del músico luego de anunciar (en 2015) su despedida de los escenarios por padecer “una enfermedad malvada”. Fonte: ADN Rio Negro. Mais de Carlos Solari em Etiquetas/Marcadores.
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